KNOCKOUT
A la cuenta de diez
había alzado su cuerpo.
Dejando atrás,
en la arena,
sudorosas viejas penas.
Mas aún erguido,
estaba herido,
irremediablemente perdido.
¿Puede el dolor redimirme mi Señor?
Un upper cut
y luego un divino gancho izquierdo
dijeron ¡No! A su predicamento.
Camino nuevamente a la lona,
la miró a los ojos.
o mas bien
recordó sus ojos.
Entre luciérnagas de primavera
y calidas voces de antaño
Dejó la existencia
antes de tocar el suelo.
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