PASAJE IMPERIO
Ameluz cerró a las ocho
Sobre el mostrador quedó la patrulla
en mecánica magia negándose a caer.
El último niño al salir lanzó su nueva pelota
a botear sobre onduladas baldosas
Antes de botar
ya tenía dos hijos
Bong
su padre ha muerto.
Bong
el estaba muerto.
La bola rodó por el suelo
la recogió el mismo niño
ya viejo desde antes de nacer.
Sus huellas antecedieron sus pasos
sin sorpresa
se vio llegar antes de partir.
¡Abuelo regálame una pelota!
Bong rebotó
en las albas cerámicas
frente a una chocolatería que ya no existe
donde ya no existe la juguetería.
Y el auto que no existe
aun no cae desde el mostrador.
25 marzo 2010 a 9:59 am
Cristhian…debo decirte que interpretas muy bien en esta perspectiva nostálgica-filosófica.
Me gustó mucho… es un poema lento, para leerlo lento, y así dejar que cada verso se plasme nítidamente en la retina del receptor, como una secuencia de imágenes, esta vez verbales.
Queda mejor así, sin tanta foto, para no distraer y meditar mejor sobre el mensaje del poema.
Cuando lo leas, recuerda… con harta pausa entre uno y otro verso!
Cariños
29 marzo 2010 a 4:51 pm
Cristhian:
Me acordé, el otro día me habías relatado este poema, es el tiempo siempre una incertidumbre, no sabemos si estamos atrás de lo que fuimos ayer o hacia adelante, me gusta tu poema, es emotivo, con toques de añoranza feroz, ¿El autito era como el de la imagen? nos vemos Querido Téllez, te espero en algún lugar de la línea de tiempo.
Z.B.
3 abril 2010 a 8:33 pm
un pasaje en el tiempo
y una memoria siempre fresca
me gustó!!
besitos de luz
9 abril 2010 a 8:19 pm
Agradezco sobremanera tus piropos sobre mi blog, estoy saliendo pero a mi regreso pasearé por tu casa, y más de algo saldrá. Un saludo afectuoso.
Galatea.