El editor, censurador implacable, me ha pedido ironías
¡Nada de profundidades que no resultan profundas!
¿Y qué hago con las inversas tortugas
que navegan en el respaldo del asiento?
¿Dónde me guardo las patiperras metáforas
que el canto carioca y alegre de un pordiosero triste y carioca
han traído a esta micro?
De remate una vieja picante ha subido con un perro cuico.
¿Pueden coexistir las ironías?
Wilde, Voltaire
¿Pueden, ante tanta monotonía prevalecer las ironías?
¡No a las profundidades!
Amado Nervo
Mas es profundo entender,
ya no hay campanillas al final de la cuerda.
Como tampoco, y a su tiempo, cuerdas al inicio de la cuerda.
Solo un botón de timbre que no timbra
Ni menos aun, evoca campanillas que presagien una pausa.