Fue lo primero que se le vino a la cabeza…
El horror se vino a la cabeza, y a las manos y a los pies…
Por una hendidura de la muralla,
escapó nervioso el conejo.
Mirando su reloj…
Y sin decir adiós,
Mintió su volveré
“Cuando mas sabio,
Cuando mas grande”
No le importé.
Era tarde oscurecía
No le importó,
Sólo corrió
¡Ni un trocito de galleta me dejo!
Y resignado pailón
A este lado de la muralla me quedé.
…Esperando
No es mi cumpleaños
ni tengo ánimo para un no cumpleaños
…Muchos ya han pasado
¡Que le corten la cabeza!
Y que se queden con el resto
Si después de todo
no era tanta la Maravilla
¿Mi té?
Con tres terrones por favor.