Ameluz cerró a las ocho
Sobre el mostrador quedó la patrulla
en mecánica magia negándose a caer.
El último niño al salir lanzó su nueva pelota
a botear sobre onduladas baldosas
Antes de botar
ya tenía dos hijos
Bong
su padre ha muerto.
Bong
el estaba muerto.
La bola rodó por el suelo
la recogió el mismo niño
ya viejo desde antes de nacer.
Sus huellas antecedieron sus pasos
sin sorpresa
se vio llegar antes de partir.
¡Abuelo regálame una pelota!
Bong rebotó
en las albas cerámicas
frente a una chocolatería que ya no existe
donde ya no existe la juguetería.
Y el auto que no existe
aun no cae desde el mostrador.