Ya lleno el vaso
la cerveza se escurrió
entre las servilletas
y el tenedor
Al tiempo,
sin gran estrepito,
su cabeza se hundió en el chapsui
(algo más sustancioso aquel día)
Evocó otros manjares
a pocas cuadras de ahí
Tuvo una vez más,
o mas bien por última vez,
una pausa
por aquella mujer.
Recordó que su poesía
carecía de esas cosas
que suelen escribir los poetas.
Los wantán estaban crudos
y él
estaba muerto.
Permite que el cuerpo acompañe tu espíritu.
¡Cruza el umbral!
¡Triunfa con dianas o sin dianas!
A traspasar el marco de la libertad.
Hay que edificar un gran arco
no para el Cesar ni sus legiones
no para los victoriosos de Normandía.
no para Adolfo ni aun para Monty.
Un gran arco de armonioso medio punto y clave perfecta.
Con medidas áureas y desmedidas pasiones.
Un arco monumental
En orden dórico o carnavalesco desorden.
De libre paso
Sin TAG ni barreras papales.
Portal de Héroes, umbral de Quijotes.
¡Libre paso a las Centurias de hombres creadores!
A los pintores sixtinos
y a los de brocha gorda
Al que recibió el “Si acepto” de una amada Dulcinea.
Al gallardo cruzado
Que blandiendo la esponja limpió las ventanas
Y permitió el paso de la luz.
A la bailarina que danzó
Bañada de los argentinos nuevos fulgores.
Al que pauso su labor
Extasiado con el claro oscuro,
Y escribió un te quiero en las sombras.
Paso a los trescientos espartanos,
Paso libre a Condorito.
Paso libre a los grandes varones
Montados en Babieca o Bucéfalo.
Paso al Transantiago y sus movilizados gallardos.
Libertad para el que corre por correr
Libertad para el de andar pausado
Libertad para sus cuerpos
Libertad para sus espíritus
¿Donde esta el Alma?
Me duele y no la encuentro
¿Las llaves?
En algún rincón de la casa se ocultan.
Sé que existen,
las voy a encontrar.
Y el Alma
¿existe?
Me duele algo
Me duele el Alma.
¿Quizá buscando las llaves?
Y si la encuentro
¿Sólo por eso me dejará de doler?
Caminante calmo,
Cochayuyo en dos resmas colma tu borrico
Lento andar,
horas ha recorrer.
pocos pesos por recompensa.
Muchos pasos,
pocos pesos
Otros hombres,
muchos hombres,
veloces desde sus cabinas
te ven cual si no te movieras.
¡Has recorrido tanto!
En la berma del camino
tu andar es anterior.
Sobre el asfalto, bajo el asfalto
tus huellas se estampan.
En camiones corporativos
transportan asépticos,
procesados, etiquetados,
tus salados manjares
Por resolución del ministerio de salud autorizados.
Y en cada bolsa de 250gramos
impresa tu estampa,
un tanto más galana.
“Sea salad, El andariego”
Un código de barras
rico en información relevante
Es sentencia lapidaria
para tu ya anacrónica existencia.
Destellos y Tellerias 
